Tayo Masías, ejemplo de trabajo duro y amor por el Perú

“Ser empresario en el Perú no es fácil, los eventos y acontecimientos de toda una vida, aquellos que me marcaron en épocas de crisis, terminaron siendo los que me formaron y me trajeron hoy aquí. No soy un pensador ni un académico, soy un empresario que ha trabajado toda su vida, por el Perú y por su gente. El deporte me acompañó siempre y me enseñó mucho, no hay nada mejor que el deporte para conocerse a uno mismo y reconocer nuestras limitaciones y fortalezas. Sobre todo, aprender lo que es la disciplina. Creo que eso que aprendí en el deporte, a no rendirme frente al dolor, me enseñó mucho en la vida.

La llegada del Gral. Velasco Alvarado, y su reforma agraria, fue definitivamente uno de los acontecimientos que me marcó. De hecho, a todos en mi generación. Fue uno de esos momentos de la historia, en donde todo cambia. Lo vimos como una catástrofe. Hoy, con el tiempo, veo varios hechos positivos que salieron de esa crisis. Esto marcó un antes y un después. Muchas cosas cambiaron fundamentalmente. Una fue que la agricultura extensiva, que era para lo que habíamos estudiado, y lo que sabíamos hacer, ya no tenía más sentido en el Perú. La otra, que la forma como se había tratado a los obreros hasta entonces, ya no tenía cabida tampoco. Había que cambiar. Empezamos a construir casas, pusimos televisión por cable para que vieran el mundo, compramos buses para trasladarlos.

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Esto cambió a la gente y comenzó a tener aspiraciones, redujeron el consumo de alcohol y el número de hijos por familia. En solo una generación, casi todos los hijos de nuestros trabajadores, se convirtieron en técnicos y profesionales. Hoy son buena parte de ellos los que manejan nuestro fundo.

Poco tiempo después de la reforma agraria, emprendí un viaje que marcaría mi vida. Me fui a Israel y a Egipto, para aprender sobre la jojoba, negocio que rápidamente me di cuenta que no tendría futuro. Lo que si aprendí fue algo totalmente inesperado, vi dos países, Israel y Egipto, que compartían el mismo tipo de terreno y prácticamente, el mismo clima. Uno pobre, con más de 5000 años de pobreza. El otro, a pocos kilómetros de distancia, con el mismo desierto, haciéndolo florecer.

Israel no tenía agua. A partir de esa escasez, de la necesidad, nació la creatividad. Eso me abrió los ojos. Las cosas más simples son las que funcionan en la vida. He aprendido que las mejores soluciones, son las más prácticas, y que para encontrarlas, solo hace falta un poco de ingenio, un poco de tiempo y mucha humildad, para escuchar a las personas que están ahí, en el campo, y que tienen las mejores ideas.

Tengo que decir que no siempre ha sido fácil. Ha sido, casi siempre, muy difícil. Pasar todo tipo de problemas. Reforma Agraria, desborde en los ríos, hiperinflación, epidemias, terrorismo. Para enfrentar todo esto, siempre me han funcionado dos cosas. La primera es que siempre pensé que saldría adelante. Si tuve miedo y pensé “hasta aquí llegué”; pero regresaba a la convicción interna de que saldría adelante. Creo que eso diferencia a los que se quedan, de los que vencen los problemas. Es importante tener una visión personal de éxito. La otra, igualmente importante, que me ha sostenido siempre, en épocas buenas y malas es mi gente. He producido, he procurado y he tenido la suerte de rodearme de gente muy buena.

Y finalmente, el apoyo incondicional de mi esposa y mis cuatro hijos. A ellos les digo gracias. No me siento solo, gracias a ustedes. Antes no tenia con quien discutir, yo tenía que decidir y evaluar todo. Ahora somos un equipo. Juntos analizamos, evaluamos, y aunque no siempre estemos de acuerdo, es muy valioso para mi. Esto es un lujo de la vida. Algo que se ha construido con mucho cariño y respeto. Muchas gracias”
Discurso de Tayo Masías, tras recibir el “Premio IPAE al empresario 2018”, el 31 de mayo del 2019.

NOTA: Fundación La Calera busca promover los valores de Tayo (Tallo) Masías y Beatriz en todos los programas, proyectos y actividades que realiza: “Soñar en grande, romper paradigmas y disfrutar del esfuerzo colectivo”.